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Retablo Mayor de la Cartuja de Miraflores

02/08/2017

Desde Guías Turísticos. Descubrir Burgos te proponemos visitar la Cartuja de Miraflores y su retablo mayor. Para más información sobre visitas guiadas a la Cartuja de Miraflores pincha aquí o contacta en el teléfono +34 649 785 940 

La Cartuja de Miraflores es una de las sorpresas que te vas encontrar si vienes a visitar Burgos. Este monasterio cartujo alberga uno de los más impresionantes conjuntos escultóricos de fines del gótico hispano. Son tres las soberbias obras que componen el conjunto. En la cabecera de la iglesia de la Cartuja encontramos el sepulcro de Juan II e Isabel de Portugal, el sepulcro del infante Alfonso y el imponente retablo mayor. Todo ello se lo debemos al genial escultor Gil de Siloé.

En esta ocasión, te vamos a descubrir el que posiblemente sea el más destacado retablo gótico que podemos encontrar: el retablo mayor de la Cartuja de Miraflores.

RETABLO MAYOR CARTUJA DE MIRAFLORES

El retablo mayor de la Cartuja de Miraflores se levanta majestuoso en la cabecera de la iglesia. Llama nuestra atención desde cualquier punto de la misma por sus grandes dimensiones (cerca de 100 metros cuadrados). Su originalidad compositiva e iconográfica y la excelente calidad de la talla y policromía hacen de este retablo una obra excepcional.

Fue realizado entre 1496 y 1499 por Gil de Siloé. Por supuesto, el maestro contó con la ayuda de un disciplinado y amplio taller. Tan destacados como los trabajos de diseño y talla del retablo fueron los trabajos de dorado y policromía. Estos corrieron a cargo del pintor y policromador Diego de la Cruz. La perfecta simbiosis entre los dos artistas nos proporcionó una obra visualmente impactante. Ambos autores cobraron por su trabajo la nada desdeñable cifra de 1.015.613 maravedís.

Todo ello, unos años después de que el propio Siloé ejecutara en la misma Cartuja los sepulcros de Juan II e Isabel de Portugal y del infante don Alfonso. Son los padres y hermano, respectivamente, de la reina Isabel la Católica.

Con esta enorme fábrica se concluía el amueblamiento del espacio funerario encargado por la propia Isabel I de Castilla. Cumplía así la voluntad de su padre Juan II, fundador de la Cartuja. Sin duda, Gil de Siloé había convertido ese espacio en uno de los más extraordinarios del último gótico europeo. 

Sepulcros y retablo de la Cartuja de Miraflores

Gil de Siloé (¿Amberes?, hacia 1450- Burgos, 1505)

Gil de Siloé es uno de los más importantes representantes de la plástica española de finales del gótico. Desconocemos sus orígenes. Se ha planteado Amberes, Orleans o, incluso, la propia ciudad de Burgos como posible lugar de nacimiento. Lo que está claro es que su arte está muy ligado a los Países Bajos y Bajo Rhin.

Su primera gran obra documentada en Burgos es el retablo mayor de la Capilla de Santa Ana, en la Catedral de Burgos (hacia 1483). Puede ser el autor, unos años antes, de la estatua yacente del obispo Pablo de Santamaría, también en la seo burgalesa. Años más tarde haría las hojas de la puerta del claustro alto de la Catedral.

Ya en 1486, respondiendo a la llamada de Isabel la Católica, comenzaría el sepulcro de los reyes Juan II e Isabel de Portugal. Al mismo tiempo, presentaría el modelo para el del infante Alfonso. Mientras hacía los sepulcros reales, se le encargó el de Juan de Padilla para el Monasterio de Fresdelval. Actualmente expuesto en el Museo de Burgos.

La actividad de Siloé no se limitó a Burgos. También trabajó en la ciudad de Valladolid. Allí se le atribuye la fachada del Colegio de San Gregorio.

Gil de Siloé murió mientras labraba el retablo de Santa Ana en la Capilla de los Condestables de la Catedral de Burgos. En esa misma capilla había hecho, posiblemente, su anterior retablo mayor (hoy desaparecido en su mayor parte).

Será el retablo mayor de la Cartuja de Miraflores su obra cumbre y, quizás, su última gran obra monumental.

Retablo Mayor Cartuja de Miraflores

DESCRIPCIÓN DEL RETABLO MAYOR DE LA CARTUJA 

Es un retablo completamente novedoso desde el punto de vista compositivo. Nunca se había visto nada igual en Castilla por la cantidad de madera empleada, por la complejidad estructural y por la calidad de tallas y relieves que incluía. Se sustituye la tradicional composición en pisos por un sistema geométrico. Es absolutamente revolucionario y muy diferente a los cánones de la época. Su diseño buscaba lograr un fuerte impacto visual. Al mismo tiempo, intenta integrar un coherente programa eucarístico.

Para su construcción se emplearon dos tipos de maderas. La madera de pino es usada para la estructura y la de nogal para las esculturas. Cuenta la tradición que para el dorado y policromado se utilizó parte del oro que entregó Cristóbal Colón a Isabel I tras volver de su segundo viaje a América en 1497.

El retablo se asemeja a un gran tapiz. Está dividido en dos cuerpos rectangulares pero tomando como base el círculo. Emula probablemente los rosarios alemanes. Este dato reforzaría la hipótesis del origen germánico de Siloé.

Cuerpo superior

El rectángulo superior se articula entorno a un gran círculo, delimitado por una rueda de ángeles. 42 figuras de ángeles conforman el círculo que simbolizaría la forma sagrada. La rueda angélica alberga en su interior un Calvario. Destacar la expresividad del Crucificado. La imagen es de un enorme dramatismo, tanto en la tensión del cuerpo, como en el rostro. Este tipo de imagen es del gusto de la tradición nórdica. También aquí dejó Siloé un modelo que utilizarán otros artistas posteriores en Castilla, sobre todo en el Barroco.

 

Los brazos del Crucificado dividen el espacio en cuatro zonas. En ellas, se desarrollan escenas de la Pasión de Cristo, con la Oración en el Huerto, la FlagelaciónCamino del Calvario y la Piedad o Quinta Angustia. Esta última representación, de especial devoción para la reina Isabel, sustituye al más habitual Ecce Homo.

A los pies del Crucificado se sitúan la Virgen y San Juan. Sobre él un pelícano, símbolo eucarístico asociado al papel redentor de Cristo en la Cruz. El pelícano se picotea el pecho para con la sangre derramada alimentar a sus polluelos.

Haciendo el gesto de sostener los brazos de la Cruz, están Dios Padre y el Espírito Santo. El primero está representado como un anciano con triple corona. El Espíritu Santo adopta forma humana, en vez de ser representado en forma de paloma. En concreto, se le representa como un hombre joven imberbe, ataviado con ropas sacerdotales. Junto con el Crucificado conforman una Trinidad antropomorfa iconográficamente muy original.

Fuera del círculo angélico, en los cuatro ángulos encontramos al Tetramorfos. A ambos lados del círculo aparecen los santos Pedro y Pablo. En los espacios superiores e inferiores, entre el círculo angélico y el Tetramorfos, los Padres de la Iglesia Occidental: san Agustín, san Ambrosio, san Gregorio y san Jerónimo.

Cuerpo inferior

El rectángulo inferior o cuerpo bajo predominan las líneas verticales, remarcadas por las figuras de gran tamaño de los santos Catalina de Alejandría, Juan Bautista, María Magdalena y Santiago el Mayor.

Preside la calle central un tabernáculo que sustituyó al original en el siglo XVII. Sobre el sagrario uno de los elementos más curiosos del retablo. Se trata de un tambor o expositor giratorio con seis escenas del ciclo litúrgico. Son: Bautismo, NacimientoResurrecciónAscensiónPentecostés y Asunción de María. Solo es visible una escena de las seis. Se van cambiando dependiendo del momento del año en que nos encontremos.

Última Cena retablo Cartuja de Miraflores

Las siguientes calles del cuerpo bajo muestran escenas de la vida de CristoAnunciación y Epifanía en la parte superior. Última Cena y el Beso de Judas en la inferior. Detalle llamativo es la pequeña imagen del Niño que se desliza sobre los rayos hacia su madre en el relieve de la Anunciación.

Anunciación retablo Cartuja de Miraflores

En el cuerpo inferior, están representados, en actitud orante, Juan II e Isabel de Portugal. Les acompañan, respectivamente, Santiago y santa Isabel (quizá con san Juanito al lado, aunque no en la forma tradicional de representarlo. Presenta los rasgos de un adulto pero de pequeño tamaño). Por encima los escudos de armas de los monarcas.

Son los reyes de Castilla, para cuya gloria su hija, Isabel, desplegó este panteón real con fuertes connotaciones políticas. Parece evidente que buscó demostrar su propia legitimidad al trono. Trataría así de justificar una línea sucesoria que había sufrido un quiebro al apartar de la corona a la infanta doña Juana, hija de Enrique IV y de Juana de Portugal.

Juan II e Isabel de Portugal. Retablo Cartuja de Miraflores

Remate de retablo

Finalmente resulta sorprendente que en la culminación del retablo dos de los cuatro santos sean dominicos (Domingo de Guzmán y Pedro Mártir) y no haya cartujos. Quizá la causa esté en la estrecha colaboración de la reina con el inquisidor Tomás de Torquemada y con Diego de Deza, ambos dominicos.

Sin duda, es una obra realmente impactante y más desde su restauración. Las labores de restauración finalizaron en el año 2006. Han conseguido devolver al retablo el esplendor de su bella policromía original.

Guías Cartuja de Miraflores

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