San Nicolás de Bari. El origen de Santa Claus
Uno de los santos más populares de la cristiandad es San Nicolás de Bari. En la vida y milagros atribuidos a este santo encontramos el origen de una tradición cada vez más extendida en España la de Santa Claus o Papá Noel.
Desde el blog de Guías Turísticos Burgos te intentamos descubrir el origen de este simpático personaje navideño.
SAN NICOLÁS DE BARI
Nicolás, ciudadano de Patara (en la región de Licia, actual Turquía), nació en el seno de una familia rica entorno al año 270. Fallece el 6 Diciembre entre los años 345 y 352. En 1087, sus reliquias fueron trasladadas a la ciudad italiana de Bari, donde se custodian actualmente. Fue obispo de Mira (también en la actual Turquía) por lo que también es conocido como San Nicolás de Mira.
Muy poco se conoce de la figura de San Nicolás lo que contrasta con la universalidad de su fama y de su culto, y con la popularidad de que goza en Oriente y en Occidente. Es patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. Es también el patrono y santo protector de los niños, las novias, los marineros, viajeros, invocado en los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil. Fue tan popular que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos
Entre esos templos consagrados al obispo de Mira, se encuentra la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari en Burgos. Es una de las parroquias con más tradición en nuestra ciudad. Está situada en pleno Camino de Santiago, junto a la Catedral, y es una de las favoritas para la celebración de bodas.
EL ORIGEN DE SANTA CLAUS
Son dos los principales episodios de la vida de San Nicolás que han inspirado la leyenda de Santa Claus o Papá Noel. El uno relacionado con su generosidad y el reparto de regalos, y el otro con su especial simpatía por los niños
El principal hecho ligado a su generosidad, no el único, nos lo cuenta la Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, una de las principales fuentes de la iconografía cristiana. Un vecino suyo de condición social noble pero venido a menos, padre de tres doncellas solteras, para procurar dinero y remediar la suma pobreza en que vivían trataba de lanzar a sus hijas a la prostitución. Cuando el santo tuvo conocimiento de lo que aquel hombre proyectaba se horrorizó. Para evitar que llevara adelante sus planes, una noche, sin que nadie le viera, arrojó por una ventana al interior de la casa de su vecino una talega llena de monedas de oro. A la mañana siguiente el vecino descubrió en el suelo de la habitación el misterioso tesoro, dio gracias a Dios, y con el dinero que contenía la bolsa constituyó la dote para casar a una de sus hijas. Unos días más tarde Nicolás repitió la operación. Su vecino, al hallar la segunda bolsa, tan contento como admirado, se propuso vigilar por si el fenómeno se repetía, para averiguar quién era el bienhechor que había acudido en remedio de sus necesidades.
Unas jornadas después, lanzó por la misma ventana y al interior de la misma estancia una tercera bolsa con doble cantidad de monedas de las que contenía cada una de las talegas lanzadas anteriormente. Con el ruido que la bolsa produjo al caer en el suelo, se despertó el vecino. Salió deprisa a la calle y empezó a correr tras su desconocido protector. Tras dar alcance y reconocer a Nicolás se postró a sus pies y quiso besárselos. El santo lo alzó del suelo y le suplicó que, mientras él viviera, no contara a nadie lo ocurrido.
Otras versiones de este milagro hablan de que Nicolás lanzó el dinero por la chimenea cayendo en las medias que las muchachas dejaban a secar junto a ella. ¿Te resulta familiar la historia?
El otro milagro de San Nicolás en el que se encuentra su identificación con Santa Claus y su simpatía por los niños narra como un tabernero asesinó y descuartizó a tres niños para dar de comer a sus clientes. El santo resucitó a los niños cuyos restos estaban en el interior de un barril de madera. Por este hecho se le representa con tres niños a su lado en una cuba.
En los siglos XVII y XVIII la tradición llega a Estados Unidos de la mano de inmigrantes de distintas culturas. La tradición católica de holandeses y alemanes, que tenía devoción a San Nicolás se mezcló con la del Father Christmas, figura típica de las fiestas navideñas en Inglaterra.
En la década de 1820 se comienza a popularizar en Norteamérica la figura de Santa Claus, derivación del nombre en alemán del santo (San Nikolaus), gracias a un famosísimo poema del estadounidense Clement Clark Moore: Una Visita de San Nicolás. El poema cuenta como San Nicolás reparte regalos la noche de Navidad en un trineo tirado por ocho renos. Lo describe como de rostro amable con mofletes rosados, regordete y larga barba blanca. Iba vestido con abrigo de piel botas y gorro. Nada dice de su característico traje rojo.
Tenemos ya prácticamente creada la leyenda de Santa Claus o Papa Noel. El último capítulo lo va a escribir la conocida marca de refrescos Coca-Cola. En una de sus campañas comerciales navideñas representa a nuestro protagonista con un traje rojo y blanco, dando así lugar a la actual imagen que tenemos de Santa Claus.
