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Iglesia de San Nicolás de Bari
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La iglesia de San Nicolás de Bari está situada en el corazón del Camino de Santiago a su paso por la ciudad de Burgos. Disfruta de un emplazamiento privilegiado. Se encuentra en la calle Fernán González que, durante la Edad Media, fue la arteria principal del conjunto urbano, la calle mayor de la ciudad.
Además, apenas unos metros separan la iglesia de San Nicolás y el que es nuestro templo de referencia: la Catedral de Burgos. Desde las primeras estribaciones del Cerro de San Miguel, en cuya cima esta el castillo de Burgos, parece escoltar a su maravillosa vecina.
San Nicolás de Bari es una de las parroquias con más tradición en nuestra ciudad. Sin duda, una de las favoritas para la celebración de bodas.
Junto a las cercanas iglesias de San Gil y San Esteban, conforman un triángulo gótico de obligada visita en Burgos. A pesar de todo ello, es una gran desconocida para gran parte de nuestros visitantes. Pero la sorpresa que guarda en su interior no deja a nadie indiferente. La iglesia de San Nicolás de Bari cuenta con el que es uno de los más monumentales e impresionantes retablos del gótico español.
Actualmente acoge la parroquia de San Esteban, tras inaugurarse el Museo del Retablo en la propia iglesia de San Esteban. La iglesia de San Nicolás fue declarada Bien de Interés Cultura en el año 1917.
HISTORIA
Aunque parezca difícil de creer si la visitamos hoy, la iglesia de San Nicolás es una de las más antiguas de la ciudad. Figura ya entre las once iglesias burgalesas citadas por el papa Alejandro III en una bula del año 1163. Pero del anterior templo románico no queda nada.
La actual fábrica es, en su mayoría del siglo XV. A pesar de que esta iglesia es citada repetidamente en los siglos XIII y XIV, es en 1408 cuando el obispo de Burgos Juan Cabeza de Vaca la eleva a categoría de parroquia. En ese momento, deja de ser dependiente de la Catedral. Posiblemente también se inicien entonces las obras del actual templo gótico.
Desde entonces, el templo se ha enriquecido con numerosas obras gracias a la abundancia de donaciones. A ello ayudó su ubicación. En la vieja rúa de Fernán González se concentraron las actividades artesanales, el comercio y los edificios religiosos. Por ello, fue el lugar escogido para la construcción de los palacios y casonas de nobles, eclesiásticos, gentes de armas y, sobre todo, mercaderes. Por supuesto, las poderosas familias burgalesas de los Maluenda, los Cerezo, los Villarán o los Polanco eligieron la iglesia de San Nicolás como lugar de enterramiento. Muestra de la proyección social del templo en esa época es que en sus obras intervendrían artistas tan destacados como los Colonia.
Tras un convulso siglo XIX, la iglesia de San Nicolás es la única que ha permanecido en el tiempo de las muchas que hubo en esta parte de la ciudad de Burgos.
Desde 1941, el templo de San Nicolás de Bari figura como filial de la parroquia de San Esteban. Finalmente, desde la apertura del Museo del Retablo en San Esteban se usa como templo parroquial.
IGLESIA DE SAN NICOLÁS DE BARI
En la actualidad, la portada principal de la iglesia de San Nicolás se sitúa en el costado sur, mirando a la Catedral de Burgos. Además contó con otra portada a los pies del templo. Esta entrada oeste está hoy tapada por una edificación adosada, aunque todavía conserva el rosetón superior.
PORTADA PRINCIPAL
La portada principal de la iglesia presenta arco apuntado y triple arquivolta, abarcada por arco conopial. Las arquivoltas cuentan con decoración vegetal y ángeles.
Preside el tímpano una imagen de San Nicolás en cátedra. Está flanqueado por San Sebastián y el santo burgalés San Vitores con la cabeza en la mano.
Conserva las puertas de roble y nogal de comienzos del siglo XVI. Tradicionalmente se ha atribuido su autoría a Francisco de Colonia. Se dividen en cuarterones con escenas de la vida del santo al que está dedicada la iglesia.
INTERIOR DE LA IGLESIA
La iglesia actual de San Nicolás la podemos situar dentro del gótico burgalés de la segunda mitad del siglo XV. Probablemente por sus características en ella trabajara la tripe generación de los Colonia: Juan, Simón y Francisco.
El templo cuenta con planta de cuadrilátero irregular. Está dividida en tres naves de tres tramos cada una. Cubiertas con bóvedas de crucería simple las naves laterales y cuatripartitas con terceletes la central.
A los pies cuenta con coro. Destaca en el mismo el antepecho gótico flamígero y la bóveda de terceletes.
Llama la atención un gran arco escarzano entre los dos primeros pilares de la nave central. Se le conoce como el Arco de los Querubines. Fue construido a finales del siglo XVI por Pedro de Castañeda y Pedro de la Torre para contrarrestar los empujes de las naves laterales. El arco dificulta la contemplación del retablo mayor. Por ello, se decoró ricamente con ángeles y cabezas de serafines alados.
Pero, sin duda, el elemento más destacado de la iglesia es su monumental retablo mayor.
RETABLO MAYOR DE SAN NICOLÁS DE BARI
El retablo mayor de San Nicolás es una de las maravillas del gótico tardío español. Son muchos los elementos a destacar en este asombroso milagro escultórico.
Por un lado, el material utilizado para su ejecución. Frente a la mayoría de retablos de madera, este está elaborado en piedra caliza de Hontoria de la Cantera. Misma piedra usada para la construcción de la Catedral de Burgos. Por otro lado, su original composición y tipología de retablo-sepulcro.
En estilo responde a una concepción claramente gótica. Pero se atisban elementos renacentistas en la escultura.
Realizado a principios del siglo XVI por encargo del comerciante burgalés Gonzalo López de Polanco y su mujer Leonor de Miranda. Se asigna a la familia Colonia aunque no está claro el grado de participación de cada uno. Quizá se pueda atribuir a Francisco de Colonia según diseño de su padre Simón de Colonia.
El retablo sigue una costumbre muy arraigada en Burgos. Ricos mercaderes, emulando a las grandes familias nobles, se patrocinaban lujosos enterramientos. Aunque está concebido como retablo-sepulcro, esto pasa desapercibido al formar un conjunto armónico.
Ocupa todo el testero de la nave central. Se divide en tres calles y predela. La parte superior, de madera, se añade en el siglo XVIII, aunque presidida por un Salvador del siglo XV que algunos autores atribuyen a Gil de Siloé.
En los extremos de la predela se sitúan los fundadores en actitud orante protegidos por ángeles.
Calle central
La calle central se divide a su vez en dos cuerpos. El bajo está presidido por la escultura del titular de la iglesia, San Nicolás de Bari. Está rodeado por ocho escenas de la vida y milagros del que fue obispo de Mira. En cuanto cuerpo superior, centra la composición una Coronación de la Virgen. Está rodeada por nueve coros angélicos. Nada más y nada menos que 162 ángeles conforman la espectacular rueda angélica.
Calles laterales
Las calles laterales están, así mismo, divididas en seis cuerpos. En ellas, se ubican diferentes santos bajo doseletes y hornacinas. En la parte baja, están los sepulcros de los fundadores y familia. A la derecha, el de Gonzalo López de Polanco y su esposa Leonor Miranda. A la izquierda, Alfonso de Polanco, hermano del anterior, y su mujer Constanza de Maluenda. Los sepulcros son de pizarra y alabastro.
Una vez terminado el retablo, hacia 1506, se procedió al policromado mediante carnaciones de todas las figuras, brocados en las vestiduras de las figuras. Apenas quedan restos de la policromía original. La mayoría se la debemos a intervenciones muy posteriores.
Además del retablo, una de las obras más conocidas del arte burgalés, hay otras joyas para visitar en la iglesia de San Nicolás.
RETABLO DE SAN MIGUEL
Otra de las obras más impactantes de la iglesia es el retablo de San Miguel. El armazón es del siglo XVIII pero contiene diez destacadas tablas hispanoflamencas del siglo XV. De ellas, ocho representan pasajes de la vida de San Nicolás. Pertenecieron al antiguo retablo mayor y podrían fecharse hacia 1480. Se atribuye su autoría al Maestro de San Nicolás.
Las dos tablas restantes de este retablo se las debemos al conocido como Maestro de las Grandes Figuras. Son una Anunciación y la Matanza de los Inocentes.
Hasta hace poco, el retablo de San Miguel ocultaba una gran tabla del Juicio Final.
JUICIO FINAL
En una enorme tabla de 750x420 centímetros se escenifica el momento del Juicio Final. Está fechada a principios del siglo XVI. Quizá sea obra del pintor burgalés Alonso de Sedano. La pintura muestra clara influencia del pintor flamenco Roger van der Weyden.
En la parte alta se representa la Déesis. Jesucristo muestra las llagas de la Pasión. Está flanqueado por la Virgen y San Juan Bautista como intercesores. Además, están rodeados de los doce Apóstoles en cuatro grupos de tres.
Debajo, en el centro, vemos a San Miguel vestido pesando las almas con la balanza (Psicostasia). A sus pies, el demonio intenta desequilibrar el peso a su favor. En la parte izquierda, se sitúan los bienaventurados y la ciudad celestial. En la derecha, están los condenados y el infierno representado como una gran bola de fuego.
Además, de todo lo visto el templo está jalonado de sepulcros de gran interés artístico. Puede que el monumento funerario más interesante sea el triple arcosolio de los Maluenda-Miranda. Ocupa todo el paño central de la nave del Evangelio. Está cobijado por un gran arco carpanel, culminado con otro conopial. Los yacentes están tallados en pizarra con manos y rostros de alabastro.
Por último, antes de abandonar la iglesia de San Nicolás recomendamos visitar su interesante museo. En otras destacadas obras, se custodia la rica colección de tapices de la cercana iglesia de San Esteban. La conforman catorce de los dieciséis paños flamencos conservados. Están fechados en la segunda mitad del siglo XVI. Puede que estemos ante la colección parroquial más importante de España.
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