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Monasterio de Santo Domingo de Silos

15/07/2019

Desde Guías Turísticos. Descubrir Burgos te proponemos visitar el Monasterio de Santo Domingo de Silos con nosotros. Para más información sobre visitas guiadas pincha aquí o contacta en el teléfono +34 649 785 940 

Continuamos recorriendo el rico patrimonio burgalés desde el blog de Guías Turísticos. Descubrir Burgos. Nuestra siguiente propuesta es el Monasterio de Santo Domingo de Silos.

Situado en el Valle de Tabladillo, a orillas del río Mataviejas, el monasterio preside la localidad a la que da nombre.

En la actualidad, el cenobio sigue acogiendo a una pequeña comunidad de monjes benedictinos. Por ello, si vamos a visitar el Monasterio de Santo Domingo de Silos solo se permite el acceso al claustro, la botica y el museo.

El claustro de Silos es una de las obras más grandiosas del arte románico europeo. Un espacio en el que nos veremos envueltos en una inolvidable atmósfera de trascendencia. Presidido por el famoso ciprés de Silos, transmite a todos sus visitantes una mezcla de sensaciones provocadas por la armonía de las formas y el equilibrio entre el espíritu y la capacidad creadora del hombre.

A continuación, te lo descubrimos.

HISTORIA DEL MONASTERIO DE SILOS

Los orígenes del Monasterio de Santo Domingo de Silos se pueden rastrear a finales del siglo VI en un modesto cenobio visigótico. Aunque las fuentes documentales no dejan constancia hasta el siglo X de la existencia del monasterio silense. Estaba dedicado entonces al santo mártir San Sebastián. Estamos en la Castilla de Fernán González.

A partir del siglo XI se multiplican las fuentes que nos hablan del lugar. Eso sí, el panorama que presentan es desolador. A las escaramuzas de las tropas árabes se había sumado el desencanto de sus escasos moradores. Pero la situación va a cambiar radicalmente cuando Domingo Manso se hace cargo en 1041 del cenobio. Pasará a la historia como Santo Domingo de Silos.

Monasterio de Santo Domingo de Silos

SANTO DOMINGO DE SILOS

La tradición sitúa el nacimiento del santo en el año mil en la localidad riojana de Cañas. Cañas pertenecía entonces al reino de Navarra. Después de ejercer de pastor del rebaño familiar, se entrega a los estudios eclesiásticos. Es ordenado presbítero a la edad de 26 años. Tras una breve experiencia eremítica, ingresa en el Monasterio de San Millán de la Cogolla. La abadía vivía un momento muy próspero, con numerosos monjes y una activa vida cultural. Allí, santo Domingo se dedicó a la formación de los niños del monasterio. Vista su valía se le encomienda la restauración del priorato que San Millán tenía en Cañas.

Tras conseguir su objetivo, vuelve a San Millán como prior mayor. Pero un enfrentamiento con el entonces rey de Navarra le obliga a tomar el camino de Castilla. El rey de Castilla, Fernando I, confía a Domingo el monasterio de San Sebastián de Silos. Pudo tal vez estar movido por los ruegos del padre del Cid Campeador con posesiones en la zona. El obispo de Burgos bendice al nuevo abad en las primeras semanas del 1041.

Durante sus 33 años de gobierno restauró el cenobio en todos los aspectos. Recuperó la estricta observancia de la regla benedictina. Planificó en estilo románico las nuevas obras de la iglesia, puede que también del claustro, y demás dependencias. También revitalizó el scriptorium del monasterio. Enseguida situó al monasterio como uno de los más importantes de Castilla.

Domingo murió el 20 de Diciembre de 1073. Fue enterrado en el ala norte del claustro. Muy pronto, debido a los numerosos prodigios atribuidos a su intercesión fue elevado a los altares (1076). Tras su canonización sus restos se trasladan a la iglesia. Su culto se extendió rápidamente, llegando a ser uno de los santos más venerados de la Península.

Capilla de Santo Domingo de Silos

MONASTERIO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

Como hemos comentado, a la obra de Santo Domingo de Silos debemos la revitalización del monasterio en todos los ámbitos. Además, tras su muerte, su fama provocó la llegada de peregrinos y de grandes aportaciones económicas. Rápidamente llegó a convertirse en un próspero monasterio que pudo acometer nuevas construcciones.

A su sucesor, el abad Fortunio, debemos la finalización de las obras de la iglesia y la construcción del claustro. La primera se convirtió en uno de los más destacados ejemplares del románico español. Fue sustituida a mediados del siglo XVIII por el actual templo trazado por Ventura Rodríguez en estilo neoclásico.

Cúpula iglesia del Monasterio de Silos

Mejor suerte corrió el que se ha convertido en el emblema del monasterio y en una de las obras cumbres del arte cristiano medieval europeo: el claustro románico de Santo Domingo de Silos.

CLAUSTRO DE SANTO DOMINGO DE SILOS

El claustro del monasterio de Silos es uno de los ejemplos más hermosos de todo el arte románico. Es excepcional en la existencia de doble piso con perfecta unidad de estilo, a pesar de la diferencia cronológica. También sorprendente por su soberbio conjunto escultórico.

Tiene forma de cuadrilátero irregular. Las galerías meridional y septentrional son más largas, unos 33 metros de longitud y 16 arcadas. Las que se abren al este y al oeste son un poco menores. Cuentan con 14 arcos cada una. Conforman un conjunto de 60 arcos de medio punto que descansan sobre columnas pareadas. En los centros de las galerías se organizan apoyos de cinco columnas. La excepción sería el ala oeste donde se sitúan cuatro columnas torsas.

Los 64 capiteles, dobles en su mayoría, son de una belleza plástica insuperable. La enorme imaginación temática abarca desde animales reales y mitológicos, alegorías de vicios y virtudes, hasta motivos vegetales o geométricos. Únicamente hay dos capiteles historiados. Uno con escenas de la Pasión de CristoEntrada en JerusalénLavatorio de pies y Última Cena. En el otro, se representa el Ciclo de la NatividadAnunciaciónVisitaciónNatividadÁngel anunciado a los Pastores y Huida a Egipto

Las esquinas del claustro se decoran con ocho relieves. Están trabajados en bloques monolíticos de piedra caliza. La mayoría narran momentos de la Pasión de Cristo. Destacan los que representan a los Discípulos de Emaús y la Duda de Santo Tomás. 

Se ha discutido sobre las fechas de inicio de las obras del claustro y sobre los talleres o artistas que han intervenido en ellas. Al parecer en las galerías este y norte ya se trabajaba durante los últimos decenios del siglo XI. También parece claro que han intervenido en la ejecución del claustro, al menos, tres maestros:

Primer Maestro de Silos

Se encargaría de la realización, en los últimos años del siglo XI, de los relieves de la Ascensión de CristoPentecostésSanto Entierro y ResurrecciónDescendimientoDiscípulos de Emaús, y Duda de Santo Tomás, así como los capiteles de las crujías este y norte, y parte de la oeste.

Los relieves de la primera fase tienen gran capacidad de síntesis narrativa. Incluyen en un solo único relieve varias escenas consecutivas. Las escenas se enmarcan por columnillas corintias que sustentan un arco de medio punto. Se caracterizan por un bajorrelieve plano, figuras hieráticas y repetidas sujetas a la ley de isocefalia y al principio de jerarquía, con Cristo con nimbo crucífero.

Segundo Maestro de Silos

Es el responsable, ya durante el siglo XII, del resto de los capiteles de la galería oeste y de los relieves del Árbol de Jesé y de la Anunciación y Triunfo de María. Las figuras desbordan ya el marco, tienen más volumen, con formas más redondeadas y mayor movimiento, realismo y expresividad. Unas características que están ya anunciando el gótico.

Tercer Maestro

Ejecutaría el claustro del piso superior a principios del siglo XIII. Entorno al segundo piso del claustro se disponen las estancias de los monjes.

Además de la excepcional talla de capiteles y relieves, en el claustro hay otros elementos que llamarán nuestra atención.

Puerta de las Vírgenes

Solo se conserva de la primitiva fábrica de la iglesia románica la puerta de las Vírgenes. Comunicaba el brazo meridional del transepto con el claustro. Esta puerta está datada hacia el año 1120 y destaca por su arco de herradura de tradición mozárabe, por las originales formas que decoran los fustes de las columnas y por los motivos decorativos de los capiteles que se aproximan a lo caricaturesco.

Sepulcro de Santo Domingo de Silos

En el centro de la crujía norte del claustro quedan restos de la tumba antropomorfa donde fue enterrado Domingo Manso en 1073. Sobre el sarcófago se levantó en el siglo XIV una laude (tapa) sepulcral, soportada por tres leones, con la efigie pontifical del Santo. En el muro se ha abierto un profundo hueco, a modo de arcosolio, presidido por un relieve policromado del siglo XIII, donde el Santo Abad de Silos figura redimiendo a los cautivos de las mazmorras musulmanas. De ahí las cadenas y grilletes que acompañan al modesto retablo.

Virgen de Marzo

Junto al actual acceso a la iglesia, está la Virgen de Marzo, como trono del Niño. Escultura de bulto redondo, frontal e hierática, y que conserva parte de su policromía. Obra románica tardía, apuntando ya características góticas, del último tercio del siglo XIII.

Quizá, por su tamaño, podría provenir del tímpano de una puerta.

Alfarje mudéjar

Otro elemento de interés del claustro bajo de Silos es su cubierta de madera. Este alfarje mudéjar es de finales del siglo XIV. Se conserva parte del ala norte, toda la occidental y la sur. El resto es una buena copia realizada por los propios monjes a finales del siglo XIX.

A la habitual decoración pictórica de temática geométrica y vegetal le acompañan una serie de interesantes escenas profanas costumbristas de la época bajomedieval: ganadería, caza, tauromaquia, amén de otras de tipo alegórico.

El ciprés de Silos

No podemos abandonar el claustro sin dedicar unas líneas a su emblemático ciprés. Plantado en 1882 por los monjes benedictinos franceses que se instalaron dos años antes en la abadía. El poeta Gerardo Diego, miembro de la Generación del 27, le va a dedicar su más célebre poema:      

Enhiesto surtidor de sombra y sueño

que acongojas el cielo con tu lanza. 

Chorro que a las estrellas casi alcanza

devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,

flecha de fe, saeta de esperanza.

Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,

peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,

qué ansiedades sentí de diluirme

y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,

ejemplo de delirios verticales,

mudo ciprés en el fervor de Silos.

Ciprés de Silos

BOTICA Y MUSEO

En la panda sur del claustro están ubicados la botica y el museo. El museo ocupa el antiguo refectorio. Expone obras de arte relacionadas con el cenobio, piezas de pintura, escultura, orfebrería,... Destacar el Cáliz de Santo Domingo, obra mozárabe de plata dorada del segundo tercio del siglo XI, y una arqueta relicario adscrita por los especialistas al taller de Limoges o al del propio Silos, fechada entre los siglos XII y XIII.

Junto al museo, está la que fue botica del monasterio. También contaba con jardín botánico, laboratorio farmacéutico y biblioteca especializada. Es de principios del siglo XVIII. Del botamen se conservan unos cuatrocientos jarros de loza, realizados expresamente para Silos, con el escudo del monasterio. En la biblioteca sobresale un magnífico Dioscórides de 1525, con excelentes dibujos de animales y plantas.

Botica del Monasterio de Silos

SCRIPTORIUM

Probablemente estaría situado en la actual sala de recepción de visitantes del monasterio. Del scriptorium de Silos sale, a fínales del siglo XI y principios del XII, una versión del Beato de Liébana. Es el conocido como Beato de Silos. Actualmente se conserva en la British Library de Londres. También de aquí salieron las Glosas Silenses, una de las primeras manifestaciones escritas en lengua castellana.

Actualmente el monasterio acoge todavía a una activa comunidad. Son los herederos del grupo de monjes benedictinos franceses que, provenientes de la abadía de Saint Martin de Ligugé y dirigidos por Dom Guépin, se instalan en la abadía silense en 1880. Gracias a ellos, el monasterio de Silos se salvó de la ruina a la que se veía abocado tras la Desamortización de Mendizábal (1835).

Si visitas el monasterio de Silos, te recomendamos también escuchar una de sus más extraordinarias señas de identidad. Nos referimos al canto gregoriano, cantado en este lugar por los monjes benedictinos desde hace siglos.

Tampoco puedes dejar de visitar las cercanas localidades de Lerma y Covarrubias, en pleno Valle del Arlanza.

No te lo puedes perder con la compañía de nuestros guías oficiales de turismo de Burgos que te descubrirán todos los secretos de esta joya el románico universal.

Visitas guiadas al Monasterio de Santo Domingo de Silos. Consulta disponibilidad y presupuesto en Contacto Guías Turísticos Burgos.

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