Frías y Tobera
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En esta ocasión, visitamos la localidad burgalesa de Frías. Está situada al noroeste de la provincia de Burgos, en la histórica comarca de las Merindades.
Frías es miembro de la asociación de Los Pueblos Más Bonitos de España. Asimismo junto a Poza de la Sal y Oña conforma la mancomunidad Raíces de Castilla.
Con sus apenas 250 habitantes, Frías destaca por ser la ciudad más pequeña de España. Sin duda, es también una de las más hermosas. Ha conseguido mantener a pesar del paso del tiempo su aire medieval. Por ello, su conjunto monumental, con la inigualable estampa del castillo y de las casas colgadas, convierten el paseo por sus calles en una auténtica delicia.
Una visita obligada si vienes a conocer Burgos.
HISTORIA DE FRÍAS
Su estratégica ubicación ha atraído desde antiguo la presencia humana. Así lo documenta los testimonios de época autrigona o varias calzadas romanas.
Aparece citada por primera vez en la segunda mitad del siglo IX. En el año 1011, Frías figura como una de las propiedades que el conde de Castilla Sancho García otorga a cambio de la villa de Oña. Ese mismo año el propio Sancho García, el de los Buenos Fueros, fundará el Monasterio de San Salvador de Oña.
El nombre de Frías parece proceder de Aguas Fridas. Después reducido a la segunda parte de esta denominación.
Frías comenzó a adquirir importancia tras la concesión de fuero por Alfonso VIII de Castilla en 1202. A partir de ese momento, la villa se va a convertir en polo de atracción de un importante contingente de población. Acabará consolidándose como uno de los principales centros de la Merindad de Castilla la Vieja.
Entre el castillo y la iglesia de San Vicente fue creciendo una auténtica ciudad de estrechas calles y pequeñas plazas. Llegó a acoger una importante población de comerciantes y artesanos, y una notable comunidad judía.
En 1435, el rey Juan II, padre de Isabel la Católica, otorga a Frías el título de ciudad. Poco después, en 1446, el mismo monarca intercambia Frías a Pedro Fernández de Velasco, conde de Haro, por Peñafiel. Pasará a ser una villa de realengo a depender del señorío de los Velasco. Todo ello, con la firme oposición de los fredenses, que llegaron a enfrentarse a sus nuevos señores.
Los Reyes Católicos, en 1492, concederán el título de Duque de Frías a Bernardino Fernández de Velasco.
LA CIUDAD DE FRÍAS
Una historia tan intensa nos ha llegado en forma de un riquísimo conjunto monumental que te animamos a seguir descubriendo.
PUENTE MEDIEVAL
El caserío de Frías se encuentra encaramado en una plataforma de toba conocida como el cerro de La Muela. Este cerro es una perfecta atalaya para controlar el amplio espacio del Valle de Tobalina. A sus pies corre el río Ebro. Su puente ha sido, desde hace siglos, nexo de unión entre tierras cántabras y vascas con las castellanas de Burgos.
El puente medieval sobre el río Ebro es uno de los puentes fortificados más famosos de España. La construcción actual, con sus nueve arcos apuntados, data del siglo XII, aunque se asienta sobre base romana. Era paso obligado de la vía comercial que unía la Meseta y las costas cantábricas.
Este puente fortificado es un portento de longitud y belleza. Mide 143 metros, tres y medio de ancho y once en su parte más alta. Sobre la primitiva fábrica se levantó en el siglo XIV una torre defensiva en la parte central. Pero su principal función, más que de defensa, era del cobro de los derechos de paso.
TRAZADO MEDIEVAL Y CASAS COLGADAS
El conjunto urbano de Frías presenta una arquitectura singular y única. Sus casas, de adobe, entramado de madera y toba, presentan una planta estrecha y alargada. Se adosan unas a otras formando estrechas calles como la del Mercado. En esta calle, la principal arteria de la ciudad, se celebraban las ferias y mercados.
La ciudad está protegida por una muralla del siglo XIII que contaba con tres puertas: la de Medina, la del Postigo y la de la Cadena. Actualmente, se conservan las dos primeras, junto al castillo y la iglesia de San Vicente respectivamente.
Cuentan las viviendas de Frías con dos o tres alturas y sótanos excavados en el suelo. Algunas todavía conservan antiguas bodegas en esos sótanos, herencia de la importante actividad vitivinícola que hasta el siglo XX ocupó a más de 2000 personas. En ellas se producía el famoso vino chacolí. En la planta superior de algunas casas aparece la característica solana.
Algunas construcciones aparecen colgadas sobre el cortado rocoso de La Muela en su cara sur. Son 22 casas colgadas, todas ellas habitadas y con un paso de ronda con finalidad defensiva. Conforman, junto a la torre del castillo, una inigualable estampa, símbolo de identidad de la ciudad.
CASTILLO DE FRÍAS
Situado en uno de los extremos del Cerro de la Muela. Es uno de los castillos roqueros más espectaculares de Castilla. Los elementos más antiguos que se conservan son de comienzos del siglo XIII. En ese momento Alfonso VIII compra el castillo a un tal Armengol.
Los escasos vestigios del siglo XIII son unas ventanas geminadas separadas por columnas con interesantes capiteles románicos. En ellos aparecen caballeros y figuras mitológicas. Pertenecían a las estancias residenciales, situadas en el ala sur. El resto de construcciones son de los siglos XV y XVI.
Sobre una prominente roca, en el extremo occidental y dominando todo el conjunto, se levanta la torre del homenaje. La torre del homenaje sobre la roca de toba es, sin duda, la postal por excelencia de Frías.
A sus pies se encuentra el patio amurallado protegido por un foso con puente levadizo y entrada en zigzag. En realidad este tipo de acceso defensivo lo toman los castillos cristianos durante la Reconquista de las fortalezas musulmanas.
Destacar también la torre del reloj. Sin poder precisar la fecha del reloj que allí se conserva, sí se puede asegurar que es bastante antiguo. Su construcción se puede remontar a los siglos XVI o XVII.
IGLESIA DE SAN VICENTE
Construida en el siglo XIII en el extremo opuesto al castillo, la iglesia de San Vicente tuvo una evidente función defensiva. De traza románica contaba con una gran torre de planta cuadrada que complementaba defensivamente al castillo.
Pero de su primitiva construcción apenas quedan restos. La caída de la torre a principios del siglo XX arrastró la portada principal y parte de las naves del templo. Esa portada románica se vendió al Museo de los Claustros de Nueva York para sufragar la reconstrucción de la iglesia.
En la actualidad nos encontramos con una portada completamente ecléctica de escaso valor artístico.
FIESTA DEL CAPITÁN
La fiesta de El Capitán se celebra en Frías todos años en el fin de semana más cercano al 24 de junio.
Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional. Tiene su origen en la rebelión de los habitantes de la localidad contra su nuevo señor, el conde de Haro, a quien Juan II dona la ciudad en 1446. De igual manera, hay otro hecho histórico con el que se puede relacionar esta fiesta. Sería la lucha contra las tropas napoleónicas a comienzos del siglo XIX.
Durante las celebraciones, el personaje protagonista es el Capitán. Es elegido por aclamación. Seguidamente, ataviado con uniforme militar decimonónico, recorre las calles con una gran bandera, acompañado por danzantes.
TOBERA
Después de visitar Frías, no podemos dejar de acercarnos a la cercana pedanía de Tobera. Allí, el río Molinar, se ha abierto paso entre las elevadas moles rocosas de los montes Obarenes. En su camino hacia el río Ebro ha tallado una estrecha y alargada garganta de paredes verticales cubierta de verde vegetación. De esta manera, la naturaleza ha creado un paisaje irrepetible.
De igual forma la mano del hombre también ha dejado su huella en la zona. A orillas del río Molinar, se levantan la ermita románica de Nuestra Señora de la Hoz y el humilladero del Cristo de los Remedios. Sumado a ello el elegante puente medieval que salva el río.
Con todo esto se conforma una de las estampas más bellas con las que cuenta la provincia burgalesa.
A la salida de la garganta, se localiza el caserío de Tobera. El río, a su paso por la pequeña localidad forma una sucesión de bonitas cascadas aprovechadas en otros tiempos para mover las piedras de varios molinos, batanes y pisones. Ya desde el siglo XIII se aprovechó la fuerza del agua en la manufactura de tejidos y papel para abastecer a la ciudad de Burgos. Hoy en día han dejado de tener uso para esa función. Pero una pequeña central eléctrica sigue aprovechando la caída dela agua para producir energía.
Con todo esto creo tenemos suficientes motivos para acercarnos a visitar Frías. Un lugar único por su belleza, historia y riqueza patrimonial en el que hunde sus raíces el reino de Castilla.
Te animamos a que lo hagas con la compañía de nuestros guías. Visitas guiadas a Frías y Tobera con Guías Oficiales de Turismo de Burgos.
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