Pendón de las Navas de Tolosa
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El Pendón de las Navas de Tolosa es, sin duda, la pieza estrella del Museo de Telas Medievales del burgalés Monasterio de las Huelgas. Es un gran tapiz de origen almohade, con inscripciones y decoración árabe. Tradicionalmente se ha planteado que es un botín de guerra. Lo traería hasta Burgos el rey de Castilla Alfonso VIII tras la Batalla de las Navas de Tolosa. Nuevos estudios plantean que sería el nieto de Alfonso VIII, Fernando III el Santo, el que lo entregaría al monasterio.
Sea cual fuere su origen, es una de las más destacadas piezas textiles medievales que se conservan en España. A continuación, te descubrimos el Pendón de las Navas de Tolosa.
PENDÓN DE LAS NAVAS DE TOLOSA
El Monasterio de las Huelgas, en Burgos, fue fundado por el rey de Castilla Alfonso VIII y por su esposa esposa Leonor de Plantagenet en el año 1187. Durante siglos ha sido el cenobio cisterciense femenino más importante de España.
Actualmente, el monasterio es uno de los más notables conjuntos del arte medieval español. Y entre su innumerables joyas vamos a destacar su Museo de Telas Medievales. Las telas expuestas en él provienen, en su mayoría, de los diferentes sepulcros del monasterio. Casi todos, enterramientos de personajes de la realeza y alta nobleza castellana. De entre las espléndidas telas conservadas, la más relevante es el conocido como Pendón de las Nava de Tolosa.
DESCRIPCIÓN DEL PENDÓN DE LAS NAVAS DE TOLOSA
El Pendón de Las Navas de Tolosa es un gran tapiz de posible factura almohade. El califato almohade fue el que reemplazó en el sur de la Península Ibérica a los almorávides, dominando este territorio y el norte de África desde 1147 a 1269.
Las dimensiones totales del estandarte son 326 por 222 centímetros y el peso 6,2 kilos. Su técnica de elaboración es muy compleja. Está hecho con hilos de seda de varios colores (rojo, amarillo, verde, azul, blanco y negro). El tejido cuenta con siete hilos de urdimbre (verticales) por 30 de trama (horizontales) en cada centímetro cuadrado de tapiz.
La parte central de la pieza se decora con un gran círculo inserto en un cuadrado. En el interior del círculo, una gran estrella de ocho puntas con motivos vegetales. Hay también tres leones rampantes en círculos de fondo blanco.
El cuerpo central del pendón está rodeado por inscripciones con caracteres árabes. Aquí, la calidad del tejido no se corresponde con la de la parte central. Incluso los caracteres del texto se amontonan, perdiendo la proporción, para no salirse del espacio de escritura.
Inscripciones del Pendón de las Navas de Tolosa
Las distintas inscripciones que presenta el pendón están escritas en grafía nasjí, en color azul oscuro. La escritura nasjí, junto con la cúfica, es uno de los primeros estilos de caligrafía islámica en desarrollarse.
La grafía del estandarte tiene una curiosa forma de culebrillas. En ella, se pueden leer textos del Corán.
La cenefa superior recoge: “me refugio en Dios de Satanás, el apedreado. En el nombre de Dios el Misericordioso, el Clemente. Bendiga Dios…”. Los pequeños recuadros, azules y verdes que rodean esta cenefa superior, cuentan con la profesión de fe islámica o Shahada: "no hay más Dios que Allah" y "Mahoma es su profeta".
En el círculo central se repite varias veces "al-Muluk", que significa el poder o el dominio, título de una sura del Corán. Rodeando esa parte central, en otras cuatro cenefas, se lee: “¡Creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os librará de un castigo doloroso?: ¡Creed en Dios y en su Enviado y combatid por Dios con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros si supierais… Así, como os perdonará vuestros pecados y os introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos y en viviendas agradables en los jardines del Edén. ¡Ese es el éxito grandioso!”. Es una Sura del Corán que llama a la Yihad.
Finalmente, en las medias lunas de abajo, diferentes expresiones alternando: “el Imperio eterno”, “la felicidad perpetua”, “salvación perpetua”, “Loor a Dios por sus dones”, “Salud eterna”.
ORIGEN DEL PENDÓN DE LAS NAVAS DE TOLOSA
No hay certeza plena sobre cómo llegó a Burgos el Pendón de las Navas de Tolosa. Como en tantas otras piezas de esta antigüedad se entremezclan entorno a ella historia y leyenda.
Sobre su origen, son dos las hipótesis con más peso:
1. Tienda de campaña del emir Muhammad an-Nasir
En primer lugar, la versión tradicional señala que el origen del pendón se remonta a la Batalla de las Navas de Tolosa, librada el 16 julio de 1212 en el Desfiladero de Despeñaperros (Jaén). En esta batalla se enfrentaron las tropas cristianas capitaneadas por el rey castellano, Alfonso VIII, a los almohades, dirigidos por el emir Muhammad an-Nasir. Se le conocía entre los cristianos como el Miramamolín. Una deformación del título árabe Amir al-Mu'minin o Príncipe de los Creyentes.
Tras la legendaria carga de los tres reyes, Alfonso VIII de Castilla, Pedro II de Aragón y Sancho VII de Navarra, An-Nasir precipitó su fuga abandonando el campo de batalla. La derrota de los almohades fue absoluta, abriendo así a Castilla todo el sur de la península.
El rey Alfonso VIII de Castilla se traería como recuerdo parte de la tienda de campaña del Miramamolín. Por lo tanto, no sería un pendón o estandarte de guerra, sino la tela que cubría la entrada de la tienda desde la que dirigía las operaciones. Sería así de origen almohade y elaborada en la primera mitad del siglo XIII.
A favor de esta posibilidad, los tonos rojos que predominan en el tejido. La tienda del califa almohade era roja, color privativo de esta autoridad. También el hecho de que tenía dos caras, era reversible. Cuanto tapaba la puerta del califa, se veía lo que vemos hoy. Al levantarla y colocarlo modo de dosel, se veía lo mismo por debajo. En la actualidad, no se conserva el reverso.
Como quiera que Alfonso VIII, había fundado el Monasterio de las Huelgas, resulta lógico que hiciera traer hasta aquí el pendón. De hecho, en uno de los muros de la iglesia de Las Huelgas, se representa la célebre batalla y la tienda de campaña del Miramamolín.
Las cadenas de Navarra
Por supuesto, el rey de Navarra, Sancho VII el Fuerte, no iba a ser menos que Alfonso VIII. También quiso llevarse a casa un recuerdo de la victoria, la más importante de la Reconquista. En este caso, optaría por coger como trofeo las cadenas que servían para mantener unida a la guardia negra entorno a la tienda del califa An-Nasir. Esas cadenas se conservan en diferentes puntos de Navarra. Entre otros, en la Colegiata de Roncesvalles, panteón real del propio Sancho VII.
También en Roncesvalles se expone la esmeralda que, supuestamente, lucía aquel 16 de julio de 1212 en el turbante el Miramamolín. Sería esta esmeralda otro de los trofeo tomados por Sancho VII.
A partir de entonces, ambas, cadenas y esmeralda, serían incorporadas al escudo de Navarra. Aunque todo esto está bastante cuestionado.
Con la Batalla de las Navas de Tolosa la puerta de Al-Ándalus quedó abierta. Años más tarde, Fernando III aprovechó esto para reconquistar Jaén, Córdoba y Sevilla.
2. Regalo de Fernando III el Santo
La segunda teoría acerca de la llegada del pendón a Burgos, dice que sería Fernando III, no su abuelo Alfonso VIII, el que regaló la tela al Monasterio de las Huelgas. Fernando III estuvo muy vinculado a la ciudad de Burgos. Se casó en ella dos veces y es uno de los promotores de la construcción de la Catedral de Burgos.
Además, al rey santo debemos la financiación de uno de los claustros del Monasterio de las Huelgas, el claustro de San Fernando. En este caso, sí se trataría de un pendón o estandarte tomado como trofeo de guerra tras una de las campañas de Fernando III por el Valle del Guadalquivir.
Los partidarios de esta segunda opción, defienden que encontramos estandartes similares en todo el mundo islámico medieval. Entre otros, el Pendón de la Batalla del Salado de la Catedral de Toledo. Este otro pendón perteneció al sultán meriní Abu l-Hasan ‘Ali y fue tomado como trofeo militar por los cristianos, comandados por Alfonso XI, tras la Batalla del Salado (1340).
Pero, vistas las semejanzas entre ambos pendones, ¿sería el Pendón de las Navas de Tolosa de factura meriní o nazarí y no almohade? Esta tercera posibilidad la planteó Miriam Ali de Unzaga en un estudio publicado en 2007.
Independientemente de lo que fuera, el Pendón de las Navas de Tolosa es una auténtica maravilla, tanto por su calidad, antigüedad y estado de conservación,
CONSERVACIÓN DEL PENDÓN DE LAS NAVAS DE TOLOSA
El Pendón de las Navas de Tolosa se conserva en el Museo de Telas Medievales del Monasterio de las Huelgas. El museo está en la antigua cilla o lugar de almacenamiento del grano.
Las condiciones de humedad y temperatura son estables para evitar su deterioro. Entre 18 y 20 grados de temperatura, humedad de 45 a 50 % e iluminación de 50 luxes máximo en todo el museo.
La pieza ha sido restaurada en diferentes ocasiones. Hasta cuatro intervenciones conocidas, más o menos agresivas. En el siglo XVIII, se colocó un soporte textil en la parte posterior. En el siglo XIX, se le añadieron numerosos adornos al gusto de la época.
Ya el el siglo XX y siguiendo criterios modernos de conservación y restauración, se hacen otras dos intervenciones. Se retiran los añadidos del siglo XIX para recuperar el cuerpo medieval original. También se coloca un forro por la parte trasera para unificar la pieza. La última intervención data de 1987, con motivo de la celebración del VIII Centenario del Monasterio de las Huelgas. Entonces se decide colocar sobre una superficie inclinada, no colgado como hasta esa fecha. Se evita así que se rasgue por su gran peso.
En 1950 se hicieron realizar dos copias. Una está en Burgos y se procesiona el día del Curpillos. La otra en Navarra, en el Salón del Trono de la Diputación de Navarra.
PROCESIÓN DEL CURPILLOS O CORPUS CHICO
El viernes siguiente al Corpus Christi es una fecha señalada en la ciudad de Burgos. Celebramos la tradicional Fiesta del Curpillos o Corpus Chico. Esta fiesta local burgalesa no se celebra en otra parte de España. Tiene lugar en el Monasterio de las Huelgas y aldededores. Su origen se remonta a la victoria de Alfonso VIII en la Batalla de las Navas de Tolosa. Pero la primera fecha conocida de esta celebración data del 22 de mayo de 1331.
Las autoridades acuden invitadas por la abadesa del Monasterio de las Huelgas. Tras la misa, la máxima autoridad militar asistente procesiona el Pendón de las Navas de Tolosa. Hay también bailes típicos a cargo de los Gigantones, Gigantillos, Danzantes y Tetines.
Para terminar, la fiesta culmina con la tradicional "jira" del Parral y la degustación de productos típicos de la tierra en el vecino Parque de El Parral. Entre ellos, no falta la morcilla de Burgos.
Visitas guiadas al Monasterio de las Huelgas
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