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Burgos y burgaleses en la primera vuelta al mundo

15/01/2019

Este año 2019 se conmemora el V Centenario de una expedición que cambió la historia. Un 10 de agosto de 1519 partieron de Sevilla cinco naos con doscientos treinta y nueve hombres. Buscaban una nueva ruta que, hacia el oeste, comunicara España con la Especiería. Tres años más tarde regresó una sola nao, la Victoria,  con dieciocho hombres después de haber dado por primera vez la vuelta al mundo.

Por todos es bien conocida esta travesía, capitaneada inicialmente por Fernando  Magallanes y culminada por Juan Sebastián Elcano. Lo que no es tan sabido es el papel clave que desempeñaron en ella la ciudad de Burgos y los burgaleses.

Son varios los personajes e instituciones relacionados con nuestra tierra cuyo intervención fue decisiva en esta primera vuelta al mundo. El comerciante burgalés Cristóbal de Haro, el obispo de Burgos Juan Rodríguez de Fonseca, y el militar y explorador Gonzalo Gómez de Espinosa fueron algunos de ellos.

Desde el blog de Guías Turísticos Burgos te los descubrimos.

Burgos a finales del siglo XV era un verdadero emporio económico, social y cultural. La Cabeza de Castilla era uno de los principales mercados exportadores, especializado en la lana.  Como reflejo de esa prosperidad, había surgido hacia 1443 una asociación de comerciantes denominada Universidad de Mercaderes. Es el germen de lo que años más tarde sería el Consulado del Mar.

CONSULADO DEL MAR

Es una institución creada por los Reyes Católicos en 1494 como Real Consulado del Mar, Casa de Contratación y Universidad de Mercaderes de Burgos.  Será el centro neurálgico del comercio de lana y otros productos castellanos con Flandes, Francia e Inglaterra. Su sede estuvo en la zona de La Llana hasta que, en el siglo XVIII tras su decadencia como institución comercial, se traslada al Paseo del Espolón.

La presencia en Burgos del Consulado es fundamental para explicar la implicación burgalesa en la primera vuelta al mundo.

LA PRIMERA VUELTA AL MUNDO

Fernando de Magallanes estaba convencido de que la tierra era redonda. Con esa profunda convicción, tenía como objetivo culminar la misión que Colón no había completado. Quería alcanzar la Especiería por el oeste. Enemistado con rey de Portugal Manuel I, se traslada a Castilla de la mano de nuestro primer protagonista: el mercader burgalés Cristóbal de Haro (Burgos, mediados siglo XV – Burgos, 1541).

CRISTÓBAL DE HARO

Cristóbal de Haro y su familia eran naturales de Burgos. Posiblemente judíos conversos, llegaron a estar representados en las principales plazas comerciales de Europa occidental. Establecido en Lisboa, hizo su primera fortuna explotando el azúcar de Madeira. Se ganó la confianza de Juan II de Portugal, pudiendo desarrollar un lucrativo negocio hacia la Especiería durante el reinado de dicho rey y de su sucesor Manuel I. Junto a otro burgalés, Diego de Covarrubias, desde 1511, Cristóbal de Haro traficó con especias compradas en la plaza lisboeta.

En 1517, Haro regresó a España. Su interés estaba centrado en hallar un pasaje hacia la Especiería en dirección oeste, evitando la zona de influencia portuguesa. En su vuelta a España, le acompaña Fernando de Magallanes. Juntos acuden a la corte de Carlos I para convencerlo de que podía llegarse a las Molucas yendo hacia occidente a través de un pasaje en las tierras recién descubiertas. Ante las dudas del monarca, Cristóbal de Haro se ofreció a costear la totalidad de la flota.

Finalmente Carlos I aceptó el proyecto, pero no que Haro lo pagara en solitario. Cristóbal de Haro aportó alrededor de la quinta.

Para acceder al rey, Haro y Magallanes contaron con la ayuda de quienes manejan los hilos del mercado indiano. Entre ellos, el entonces obispo de Burgos, Juan Rodríguez de Fonseca

Cristóbal de Haro falleció en noviembre de 1541. Está enterrado en Burgos, en la capilla familiar de la iglesia parroquial de San Lesmes. En la parte baja del sepulcro figura su escudo de armas. En él, autorizado por el emperador Carlos V, se cita la contribución de Haro a la expedición magallánica con las columnas de Hércules, el lema real Plus Ultra, las cinco naves de la flota y la representación figurada de especias.

El sepulcro de Cristóbal de Haro y su esposa, Catalina de Ayala, cuenta con la siguiente inscripción:

Aquí Yacen los Señores Cristóbal de Haro: factor de la Magestad del Emperador, Carlos quinto, de la casa de la contratación, de la especería y Regidor de Burgos. Patrón de esta capilla, y Doña Catalina de Ayala, su mujer fallesció él en el mes de Noviembre del año de mil e quinientos e quarenta i un años y ella en el mes de octubre del año de gracia de mil e quinientos e quarenta y seis. Dejaron dotadas en esta capilla cinco misas rezadas cada semana con sus responsos. Requiescant in pace. Amen

JUAN RODRÍGUEZ DE FONSECA

Nacido en Toro (Zamora) en el año 1451. Juan Rodríguez de Fonseca  fue obispo de Burgos desde 1514 a 1524 y miembro del Consejo Real.

Será también un destacado mecenas artístico. Encarga la construcción de la Puerta de Pellejería (en ella aparece representado el propio arzobispo) a Francisco de Colonia (1516) y de la espléndida Escalera Dorada Diego de Siloé (1519). Ambas en la Catedral de Burgos.

 

El obispo Juan Rodríguez de Fonseca manejó los hilos del comercio indiano desde los tiempos de Isabel la Católica y Cristóbal Colón. Bajo su gestión se crea, en 1503, la Casa de Contratación de Sevilla, que manejaba el comercio con América.

Se convertía así en el gestor indiano de la Corona de Castilla. A partir de ese momento todo el comercio de exportación e importación con América quedaría centralizado en Sevilla. Asimismo, la Casa de la Contratación fiscalizaría todas las embarcaciones con destino a las colonias o procedentes de ellas. Necesariamente, debían zarpar o rendir viaje en la capital sevillana con el objeto de facilitar su control.  La presencia de burgaleses en esta institución es constante.

El poder de Fonseca se vio incrementado con el fallecimiento de la reina Isabel. El rey Fernando delegó en él prácticamente todos los asuntos relacionados con el Nuevo Mundo.

Ya como obispo de Burgos, fue clave en la política indiana de Carlos I y en la inclusión del poderío económico burgalés en la primera vuelta al mundo. La intermediación ante la Corona de Fonseca, abrió el camino a Cristóbal de Haro y Magallanes hacia ese viaje que terminaría por dibujar el globo terráqueo.

Mientras se arman y equipan las cinco naves (Trinidad, San Antonio, Concepción, Victoria y Santiago), los cerebros del proyecto (Cristóbal de Haro, que obtiene los fondos con la colaboración de los Fugger, banqueros centroeuropeos, y el obispo de Burgos, Rodríguez de Fonseca) y la Corona desconfían de Magallanes y sus formas de gestionar la conquista y la tripulación. Por ello, van colocando gente de su confianza en el viaje.

Así, Magallanes debía obediencia a Juan de Cartagena, como capitán de la nao San Antonio y veedor general de la flota. En la nao San Antonio, todos son burgaleses y vascos. Es el navío de seguridad. Cartagena vivió en la actual calle burgalesa de Fernán González y, según los rumores de la época, era hijo ilegítimo del obispo Fonseca .

Se sitúa como máxima autoridad judicial en caso de conflicto al también burgalés Gonzalo de Espinosa. Será el alguacil mayor de la armada

La expedición parte definitivamente el 10 de agosto desde Sevilla. 

La desconfianza inicial entre portugueses y castellanos, se fue agravando durante el viaje. Hasta el punto de que, tras un motín, Magallanes deja abandonado en la Patagonia a Juan de Cartagena.

En Filipinas, Magallanes es asesinado en una emboscada. Era 1521 y la influencia burgalesa de Cristóbal de Haro vuelve a tener presencia. En la nave de Magallanes navega, de forma discreta y en la sombra pero sin perder detalle, Juan Sebastián Elcano, hombre de confianza del comerciante burgalés.

En septiembre de ese año, se nombra capitán de la diezmada flota a Gonzalo Gómez de Espinosa (Espinosa de los Monteros, Burgos, 1479 – Sevilla ¿1540?). Solo quedaban ya dos naos (Trinidad y Victoria) de las cinco iniciales.

GONZALO GÓMEZ DE ESPINOSA

Aparte de ser alguacil mayor de la expedición y capitán tras la destitución de Carvalho, el burgalés capitaneó la nao Trinidad. Juan Sebastián Elcano se hizo cargo de la Victoria.

Espinosa dispuso continuar la navegación hacia las islas de las especias.  El 18 de diciembre de 1521, con las dos naves cargadas de clavo, se preparan para el regreso a España. Una vía de agua en la Trinidad, impide su vuelta. Las dos naves se separaron, partiendo la Victoria en solitario, al mando de Elcano. La Victoria lograría llegar a Sanlúcar de Barrameda el 8 septiembre de 1522, completando la primera circunnavegación de la Tierra.

Espinosa completó la reparación de la Trinidad el 6 de abril de 1522 y se hizo a la mar. Capturados por los portugueses, sus tripulantes fueron vendidos como esclavos. Finalmente en 1527, Carlos I consiguió su libertad.

Por sus méritos y servicios, en 1529, Gonzalo Gómez de Espinosa fue nombrado por el monarca español visitador y capitán de las naos de las Indias, y recibió una pensión de 300 ducados.

Con Gonzalo de Espinosa finalizamos nuestro recorrido por el clave papel que Burgos y los burgaleses tuvieron en esta primera vuelta al mundo.

En este año de su V Centenario acércate a descubrir más con guías oficiales de turismo de Burgos.

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